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5 de Mayo

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Por: Red Crucero

Publicado el 7 de mayo de 2025

Llegaron los franceses y rompieron su amistad/ Traían la consigna de acabar con la nación/ y derrotar a Juárez por orden de Napoleón./ Cayeron diez y ninguno mexicano, hirieron otros seis y empezaron a matar./ Y a ningún francés en aquel cinco de mayo.

Así dice la canción de la batalla del 5 de mayo, que finalmente es un cover, una adaptación mexicana de una canción gringa: ‘The Battle of New Orleans’ de Johnny Horton, donde los estadounidenses cantan su victoria sobre el ejército británico. 

La historia es cíclica y las batallas se repiten con diferentes uniformes y estrategias.

La gloriosa batalla de Puebla, donde el General Ignacio Zaragoza hizo retroceder al poderoso ejército de Napoleón III, es para los mexicanos una gesta heroica, pero para los franceses apenas un pie de página en su historia. 

Hace algunos años, conversando con un amigo francés llamado Emmanuel, le pregunté por la batalla del 5 de mayo.

Me miró con una mezcla de curiosidad e ignorancia.

Para él, ni la derrota ni el triunfo de México ocupaban lugar en su memoria histórica.

Francia solo recuerda sus triunfos y derrotas en Europa.

Aquello que ocurrió al otro lado del Atlántico es apenas un eco lejano. 

Pero en Estados Unidos, el eco del 5 de mayo retumba fuerte.

No es la celebración de la victoria sobre los franceses, es el grito de orgullo de los mexicanos radicados en el norte.

Es la reafirmación de su identidad en un territorio que alguna vez fue nuestro.

Hoy, el 5 de mayo es una fiesta del orgullo latino, del poder de los mexicoamericanos, de aquellos que, a pesar de la marginación, del racismo y de las amenazas de deportación, encuentran en esa fecha un motivo para celebrar la resistencia. 

En estos tiempos, donde las invasiones y las guerras no son con cañones sino con aranceles, la perspectiva del nacionalismo resuena con un eco más sordo, pero igual de poderoso.

Las caravanas de migrantes que cruzan México para llegar a Estados Unidos son vistas por algunos como una invasión.

Los discursos de líderes como Donald Trump invocan la amenaza extranjera. 

Pero la batalla sigue siendo la misma: el poder contra los vulnerables, el imperio contra los desposeídos.

Hoy, los cañones retumban menos y las palabras resuenan más. Y el 5 de mayo sigue siendo, para los de aquí y los de allá, un recordatorio de que la resistencia, a veces, es la única victoria posible.

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