Hace unos días caminaba junto al río, donde la alfombra de hojas caídas de los nogales y el murmullo del agua

 En el corazón de la Ciudad de México, en el majestuoso edificio de la Secretaría de Educación Pública, se llevó a

Solo tenía 11 años en aquella tarde, con una televisión descompuesta y como tantas veces antes, mi oreja estaba pegada a

Las hojas se van cayendo, y al mismo tiempo, vuelan hacia el cielo. El otoño ha llegado, con su viento que

El Zócalo de la Ciudad de México se tiñó de verde, blanco y rojo una vez más. Era el último

En la vida, como en la muerte, las palabras se entrelazan con el destino, “la pausa” emerge como un suspiro.  

“Te regalo cada sueño que logramos conquistar/ No, me voy/ Crecimos de la mano, jugando sin jugar/ Hicimos una historia