Mauricio comandó allá por los 90 la fuerza de apertura para que el PAN dejara de ser un partido cerrado, exclusivo de la gente «bien» de San Pedro.
Bajo su resguardo crecieron los rebeldes…
Los Felipe de Jesús Cantú, los Marco García, los Rodolfo Moreno, los Roberto Ramírez, los Orozco… los Rogelín y Rogelio Benavides.
Los Raúl Gracia… los Chefos…
Los que un día, cuando la hermana de Mauricio, la muy apreciada Kana Fernández era Presidente del PAN, firmaron una carta abierta para exigir apertura y espacios.
De todos ellos, mi muy apreciado Roberto Ramírez es el último de los mohicanos, el que se sostiene fiel a sus principios panistas.
Mauricio creyó en ellos…
Mauricio fue un innovador hasta en las formas y fondos panistas.
Lamentablemente, muchos de ellos que seguramente ahora colgarán fotos junto a Mauricio, traicionaron la fe que éste les tuvo.
Ninguno milita ya en el PAN, ninguno aguantó la tormenta.
No se crea…
A la gente se le honra en vida.