UN SUPUESTO JEFE DE PANDILLA QUE DICE haber comprado la plaza de Cadereyta, envía amenazas un día sí y el otro también a través de llamadas a Fuerza Civil.
Amenaza con atacar instalaciones de la seguridad estatal.
Está realmente furioso ese cristiano, o quizá es nada más alguien que se divierte, pero cuida mucho la duración de sus mensajes y la ubicación geográfica desde donde procede.
Cadereyta no es cualquier cosa; ahí durante varios años algunas bandas se dedicaron a pelear por el control del huachicol en los ductos cercanos, hasta que la criminalidad institucional inició el trasiego de combustible robado a través de pipas.
Esto redujo la cantidad de combustible que tenían a disposición las bandas huachicoleras… y luego aparece competencia, y luego aparecen operativos que los inhiben… esto provoca nervios… provoca que se conviertan en una amenaza más grande.
Por ello la indignación y pensaron que en base a ello, Fuerza Civil los iba a dejar que mantuvieran en sus manos el negocio.
No hubo tal y ahora pretenden obtener algo en base a las amenazas.
SIN EMBARGO, BIEN VALDRÍA LA PENA QUE FUERZA CIVIL echara un vistazo a las condiciones en que se encuentran las fuerzas policíacas municipales.
Ese hediondo asegura que compró impunidad de operación y que la policía municipal le responde.
Pudiera ser una hablada… pudiera ser que no…
No pierden nada con revisar, no sea que se topen con alguna terrible traición.