EN UN BAR DE Valle Oriente estaba un bato en la barra, quien descubre que a su lado estaba un tipo vestido de charro.
-¡Achingá!, dice… ¡un charro!
El charro voltea a verlo y menea la cabeza.
-¡O sea güey!… está de no mams… ¿un charro de verdad?
El charro vuelve a menear la cabeza.
-¿Y no trae su guitarrón?
-Soy charro… no mariachi.
-¡Oooopsss!… perdón… ¿y llegaste en caballo we?
-Así es…
-¡Ay no recontramames!… ¿en serio eres charro?… a ver, a ver… floréame la riata.
El charro molesto se pone de pie… se iba a ir, pero el bato insiste.
-¡Ándale charrito! ¡Floréame la riata!
Cansado, el charro saca su pistola, apunta entra las piernas del bato…
¡Y que le florea la riata
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Un bato con las piernas arqueadas entra a una cantina, y nota que un bato en la barra se le queda viendo.
-¿Qué me ve?
-Perdone… es que tiene usted las piernas muy arqueadas… ¿lo pararon cuando estaba tiernito de bebé?
-No… soy charro montador… y así se me hicieron las piernas pa poder montar sin caerme.
-¡Ah!… oiga y los que no tenemos piernas arqueadas… ¿cómo se le hace para que monten sin caerse?
-Pos en la silla de montar, por abajo se mete un tornillo y se le aprieta pa ajustarlo.
-¡Alaverrrrrg!
-No… ¡al ulo!
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