IBA EL RANCHERO AQUEL caminando por entre el monte, cuando en eso escucha un estruendo y mira luces brillantes.
¡A la mare!
Desenfunda su machete y camina en dirección del lugar desde el que escuchó el estruendo… abre la maleza con la punta de su guaparra y ¡nada!…
Que a unos 10 metros estaba un extraterrestre enchorizando al mero comisariado ejidal…
El comisariado con rostro angustiado lo mira y le dice…
«¡Ayúdame… ayúdame!»
El labriego levanta su machete filoso y se va contra el extraterrestre listo para descargar un golpe letal.
Pero el comisariado le grita…
«¡No seas animal!… ayúdame… ¡Dame un trapo, algo pa morder!»
—
Iba un Alcalde en recorrido por las calles de Solidaridad, saluda que saluda, abrazaba chamacos… bailaba con las gordas.
Llega a una casa y le dice el dueño… «¡Cuidado alcalde hay perro bravo!»
Pero el Alcalde ve un perrito Chihuahua y sonríe con ternura…
«¡Mira qué fiera!», le dice a su ayudante.
¡Y moles!… pega un brinco el perrito y se le prende al Alcalde de los hue… sos.
«¡Quítemelo… quítemelo!», grita el Alcalde al vecino, que sale todo tranquilo y le dice al Presidente Municipal…
-Oiga señor Alcalde, ¿cree usté que sea guen momento pa pedirle un descuento del predial?
—