En el restaurante del hotel de Cancún baja a almorzar la parejita que se encuentra de luna de miel.
La muchacha mira el menú y dice…
-Me da por favor un omelet con claras y con marrón, cebollita y tomatito… me lo deja por favor tiernito, y con poquita salsa de la casa.
«Muy bien, con mucho gusto… ¿y para el caballero?»
-Me da por favor unos huevitos…
«¿Zarandeados?»
-¡Nooooooo!… ¡ya no más!
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La hermana de Pepito y su novio se casaron… ¡uta, qué felicidad!
Pero después de la ceremonia se soltó un tormentón de aquellos… ¡tremenda tormenta!
No pudieron irse a su viaje de luna de miel, así que pospusieron el viaje un día sin cargo extra… así que tuvieron que ir a la casa de Pepito a pasar la noche de bodas.
Al otro día, eran las 10 de la mañana cuando Pepito baja para almorzar, su mamá ya está afanada en preparar diversos platillos para atender a la pareja, mientras el papá lee el periódico para tener tema de conversación.
Se sienta Pepito a la mesa y se iba a servir sus hot cakes, pero la mamá le dice…
-Espérese a que bajen su hermana y su Esposito…
-Uuuuutsss… pos le cuelga pa que bajen.
-¡Shhht!… ¡muchacho!… sea más respetuoso… de todos modos en cualquier rato vienen porque tienen que estar en el aeropuerto a la una de la tarde.
Y Pepito se encoge de hombros mientras dice…
-¡Pos va a estar caaaaaanijo!
-¿Usted qué sabe?
-Pos es que anoche el cuñado tocó la puerta de mi cuarto pa que le prestara el frasco de vaseline… y como estaba medio dormido me equivoqué… ¡y le di el de resistol!
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