Pasa una mujer chaparrita frente a dos compadres, uno de ellos dice…
-¡Ay chiquita!… qué chula estás, lástima que te apesten las patas.
La muchacha le hace un gesto de mohín y se regresa muy enojada.
-¡Óigame usted barbaján!… ¿de dónde saca usted que me apestan las patas?… ¿cuándo me las ha olido?
-No, no, mi chula, nunca se las he olido… es pura lógica.
-¿Lógica de qué?
-Pues es que está usted chaparrita… nalgoncita… y digo, los pies le quedan muy cerca del culei… ¡cada que se echa un pedo los baña!
—
El hombre aquel de 85 años y muy sano estaba en misa.
Cuando el padre llama a que se arrodillen, el hombre se queda de pie…
La señora que estaba a un lado le dice…
-¡Oiga! ¿Es usted protestante?
-No, soy guadalupano.
-¿Y por qué no se arrodilla?
-Porque tengo 85 años… y no quiero que me de gripe.
-¿Gripe por arrodillarse?
-Es que el suelo está muy frío… ¡y los tanates a esta edad ya le arrastran a uno!