El compadre le llama al otro compadre muy extrañado…
-Oiga mi Compi… ¿Cómo está eso de que embarazó a la compadre a su edad?… y ni cuenta nos dimos que ya hasta parió la mujer.
-¿Embarazar a mi vieja?… ¡no mame compadre!, es mentira.
-Bueno… entonces su hija…
-¡Cómo va a creer compadre!… mi chamaca todavía no se casa.
-¡Achingá!… ¿En serio compadre?
-Se lo digo en serio…
-Pos es que no entiendo, me dijo mi vieja que lo felicitara porque tiene un chiquito nuevo…
-¡Me operaron de las almorranas compadre!
—
La comadre aquella andaba a diario bien madreada… moretones en los ojos, en los brazos.
Unas amigas le preguntan…
-Oye mujer… ¿Por qué andas tan golpeada?
-Es mi viejo… ¡a diario me agarra a madrazos!
-¡Ah canijo!… es que no lo has de atender bien… su comidita.
-¡Todos los días sus antojos!… bien cocinados, su salsa favorita… tortillas hechas a mano y del comal.
-¡Ah cañón!… ¿Y la ropa?
-Lavada a mano y hervida la ropa blanca… planchada como de tintorería.
-¿Y la casa limpia?
-Como un espejito… ¡brillante!
-No me explico… ¿Y en la cama… en el sexo?
-¡Lo que me pida y por donde pida.
-¡Válgame Santa Gertrudis!… pos no me explico por qué te golpea.
-Ni yo manita…
-Oye… ¿Y no le pones el cuerno?
-¿El cuerno?… ¡anda!… ¡solo que sea por eso!
—