Las autoridades federales en Estados Unidos acusan a los implicados de colaborar con cárteles del narcotráfico mexicano, lo que subraya cómo el crimen organizado trasnacional opera más allá de las fronteras.
¿Quiénes son los acusados?
Los detenidos son James Jensen, su esposa Kelly Jensen y sus hijos Maxwell y Zachary Jensen, quienes fueron arrestados en Utah y Texas. Según documentos judiciales obtenidos por ABC News, los Jensen habrían operado un negocio ilícito de importación de petróleo crudo robado desde México hacia Estados Unidos, donde el crudo era procesado, vendido y el dinero resultante enviado de regreso a empresas mexicanas vinculadas a grupos criminales.
Las transferencias se realizaban con pleno conocimiento de que los fondos beneficiaban a organizaciones delictivas mexicanas, según la acusación formal. La familia enfrenta cargos por lavado de dinero y transacciones financieras ilegales.
El papel de Arroyo Terminals
El petróleo crudo robado era transportado desde México a Texas en barcazas, para llegar a las instalaciones de Arroyo Terminals, empresa ubicada en Río Hondo, al norte de Brownsville, propiedad de la familia Jensen. Esta instalación fue registrada por las autoridades el mismo día del arresto de los Jensen.
El caso, que se remonta al 10 de mayo de 2021, se mantuvo activo hasta este 2025.
¿Cómo operaba el esquema de contrabando?
Una vez en territorio estadounidense, el petróleo era vendido en los mercados de energía nacional e internacional. Las ganancias se lavaban mediante transferencias electrónicas canalizadas por intermediarios y cuentas múltiples en diversas jurisdicciones, una práctica común del lavado de dinero transnacional.
Cárteles involucrados
Aunque la acusación contra los Jensen no nombra a cárteles específicos, una alerta enviada por la Fincen a los bancos estadounidenses el 2 de mayo advierte sobre la participación de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo en el contrabando de petróleo desde México hacia EEUU.
Estas organizaciones criminales, según la Fincen, utilizan métodos como sobornos a empleados de Pemex, amenazas, tomas clandestinas en oleoductos, robo de refinerías y secuestro de pipas para robar combustible.
El robo de combustible y el contrabando de petróleo son fuentes de efectivo para el negocio narcoterrorista del CJNG”, declaró Scott Bessent, secretario del Tesoro de EEUU., quien afirmó que su departamento “usará todas las herramientas disponibles” para frenar las finanzas de los cárteles.
Un negocio multimillonario
Las agencias de seguridad pública estadounidenses calculan que los importadores de este crudo robado pueden obtener más de 5 millones de dólares por cada barco de petróleo crudo, y se estima que operan múltiples embarques mensuales.
El gobierno mexicano ha reportado la pérdida de miles de millones de dólares debido al llamado huachicol, y aunque los esfuerzos binacionales se han intensificado, el caso de los Jensen evidencia que la cadena del crimen también incluye actores clave dentro de EEUU.