LAS COSAS SE PONEN CADA VEZ MÁS complejas y complicadas… el cártel de los factureros, que nada tiene que ver con las acusaciones del Departamento del Tesoro contra instituciones financieras, una de ellas regiomontana, por lavado de dinero… atisba que siguen ellos en la lista.
Son gente muy acaudalada, que lava aún más dinero del que presuntamente se lavó en las instituciones ya mencionadas.
Ellos lavaban el huachicol; el huachicol fiscal era imposible de manejar sin la participación de ese cártel, que movía tal cantidad de dinero, que contrataban auténticos profesionales, algunos de ellos extranjeros, para realizar sus trabajos de «limpieza».
Sus golpes siempre fueron, y son, en zonas de alto perfil…
Sin embargo, se percibió que desde ayer comenzaron a retraerse y se cerraron algunas oficinas en Valle Oriente, o por lo menos ya no abrieron ayer.
Quizá se encuentran a la espera de nuevas acciones o señales que deje ver hacia dónde va el siguiente golpe.
EN LO QUE SÍ COINCIDE EL CÁRTEL DE LOS FACTUREROS con las instituciones financieras, es que tienen amplias relaciones con la clase política.
Principalmente tienen cercanía con gente de la 4T, y en Nuevo León con la clase naranja.
¿Y del PRI y del PAN?
Parece que los bandidos de esos colores todavía recurren a prácticas arcaicas pero muy efectivas… se pulveriza el recurso y se hace más complicado su rastreo.
Eso se hacía en tiempos inmemoriales y solamente cuando el bandido era muy avorazado, se metía en problemas graves.
La tensa calma entre los Factureros indica que la tormenta está en ciernes.