EN UNA SEMANA O SEMANA Y MEDIA, VEREMOS si la presencia del Alto Comisionado, Omar Escobar, en Tamaulipas rinde frutos, y nos regala un tránsito más tranquilo por las carreteras a la frontera.
Será muy interesante, porque va a desplazar a la Guardia Nacional, cuyos elementos han sido señalados como participantes en actos de corrupción contra los traileros, contra ciudadanos… ¡contra todo lo que circula!
Van a quitar a los Guardias y a los hediondos, los policías con tenis que solían colocarse a menos de un kilómetro de los retenes de los primeros.
Esto debe generar un tránsito muy tranquilo, y es muy posible que posteriormente, ya con la presencia de García Harfush, sea la secretaría de Seguridad Pública la que tome a su cargo el tema de la vigilancia en las ciudades fronterizas y el paso por las aduanas.
Esto, desde luego, va a provocar brincos en el área militar… ¡muchos brincos!
Pero García Harfush goza de la confianza de los mandos gringos, cosa de la que no pueden presumir los responsables del Ejército y de la Guardia Nacional.
POR CIERTO, HAY UN TEMA QUE SE QUEDÓ EN EL AIRE del lado mexicano, pero en absoluto para el lado gringo.
Se trata de la compra de equipo de radiocomunicación para la Guardia Nacional.
Un gasto de varias decenas de millones, para adquirir equipo que no está autorizado por el Comando Norte… los gringos saben que esos radios, comprados a algún amigo de los jefes, no cumple con las especificaciones que se exigen para que se pueda intercambiar información de lado a lado.
Por eso desde el principio les dijimos que los gringos no querían a los guardias nacionales… medio pasaban a los militares, pero ahora ni ellos.
Quieren a Harfush, apoyado por elementos mexicanos que hablan inglés con «acento nativo».
