Llega el tipo a la clínica y lleva un fresquito con una muestra de copro (caquita), se dirige a la recepción y dice…
-¿Me puede decir en dónde queda el departamento de oftalmología?
-En el cuarto piso… pero usted busca seguramente el laboratorio, que está en el segundo piso.
El bato se va al elevador, entra junto a una enfermera y oprime el botón del piso 4; la enfermera le dice…
-Creo que se equivocó… usted va al segundo piso, a laboratorio…
-No, voy al cuarto…
La enfermera se encoge de hombros y el tipo sigue al cuarto piso.
Sale, llega a la recepción del área de oftalmología y le dice:
-Quiero ver a un oculista.
-Mmmm… ¿seguro?, porque veo que trae una muestra de copro… debe ir al laboratorio clínico.
-No señorita… quiero ver al oculista.
-¿Al oculista?… ¿le va a mostrar eso?
-Sí… quiero saber porqué, cuando tiro estos… ¡me lloran los ojitos!
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La muchacha aquella iba caminando por la calle guiada por un perro, ella era débil visual.
En eso llega a una clínica, iba a entrar con su perro, pero justo en la entrada el perro levanta la patita y se orina.
-¡Oiga!… su perro se meó en la entrada.
La muchacha dice…
-¡Perdón!… ¿Y levantó la patita izquierda o la derecha?
-Mmmm… ¿Es importante eso?
-Sí… porque si levantó la derecha es que está marcando territorio.
-¿Y si fue la izquierda?
-Si fue la izquierda… usted sabe, la izquierda… ¿entiende?
-Sí… ¡Ganas de joder!
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