El PAN y el PRI llegaron a su alianza con el alma en rastras.
Ambos…
La alianza perjudicó a uno y al otro… ¡También!
En Nuevo León no fue la alianza la que perjudicó al PAN.
Al PAN lo perjudicó postular y respaldar alcaldías como la de Margarita Arellanes o la de Madedito.
Al PAN le perjudicó el declive en la calidad de los servicios que prestan en San Nicolás…
La mano pachona de Raúl Gracia en San Pedro.
Cuando descarrilaron el tren, es bien fácil echar la culpa a las vías.
Al PRI por su parte, lo mató el estilo Alito de secuestrar el partido…
Lo acabó el cierre de oportunidades para los grupos ajenos a los dirigentes.
Así que pegarle ahora al «honesto» y culpar a la alianza de sus desgracias, es culpar al estornudo de la neumonía .