Entre los personajes con menos aprecio entre la clase política, fuera de MC, Miguel Flores era quizá el líder… o por lo menos se movía en el Top 3.
Desencuentros, acusaciones sobre presiones fuera de lugar y excesos.
Los priístas tenían resentimientos claros, achacados todos al ahora secretario General de Gobierno… Perla Villarreal, Alhinna Vargas, mujeres y diputadas, narraban terribles historias de acoso.
Los panistas lo detestaban, de plano… Carlos De la Fuente ni siquiera se le quería acercar en el Congreso.
Eso fue hace un año, cuando llegó al Legislativo como coordinador de Movimiento Ciudadano.
Todavía en el primer mes de sesiones, el coordinador panista lo acusó de pretender «comprar» otra vez diputados de su bancada, para engrosar la naranja.
Insisto, eso fue hace un año…
En esas condiciones de impensable acercamiento, Miguel Flores aguantó vara, mantuvo un perfil bajísimo, operó al interior y buscó aliados.
Tejió en seis meses una primera alianza con MORENA, que servía pero no resolvía… no le daba para tener mayoría.
Y comenzó a buscar cauces…
Tejió primero con Heriberto Treviño, quien sirvió de puente con Carlos De la Fuente.
Tejió hacia el sector empresarial que primero arrugaba la nariz cuando se los mencionaban, o por lo menos le tenían recelo.
Miguel aprendió…
Aquí lo comentamos en algún artículo: Tenía la oportunidad de hacer política real… a ceder para obtener… a negociar con sus fichas para intercambiar por otras.
Un año después, el abrazo de despedida con Carlos De la Fuente lo dice todo.
Lo impensable…
Miguel aprendió y aprendió rápido.
Ahora llega justo a la posición en el Gobierno en la que hacer política es prioridad.
Los enemigos llegan gratis, el desafío es tejer acuerdos.
Si lo que aprendió y mostró en el Congreso lo aplica ahora en la segunda posición más importante del Gobierno de Nuevo León, quizá pueda evitarle a Samuel García pleitos adelantados y desgaste brutal.
Queda un año para construir, para amarrar.
El escenario 2027 es todavía una incógnita… pero no tiene que ser incertidumbre.
Quizá ni Samuel ni Miguel pensaron que llegarían a este tiempo en estas condiciones.
La salida es dialogar y es tejer… ya tiene Samuel quien puede hacerlo.
