El pasado 26 de julio, Ismael e”El Mayo” Zambada, líder y cofundador del Cártel de Sinaloa, fue capturado por agentes federales de Estados Unidos en el Paso, Texas, junto con Joaquín Guzmán López, líder de los “Chapitos”.
Esta noticia causó asombro en México, porque no se informó a ninguna autoridad mexicana hasta después de haberse concretado el aseguramiento de ambos traficantes de drogas, quienes serán buscados desde hace años por la DEA y el gobierno estadounidense.
Aún no sabemos si “El Mayo” Zambada, también conocido como el “Rey del Fentanilo”, fue entregado por el hijo del “Chapo” o si se trata de una acción planeada y llevada a cabo por las agencias de seguridad de Estados Unidos, lo que sí se sabe es que la operación se realizó sin intervención y sin el conocimiento de ninguna autoridad mexicana. Según a la publicado por la revista Proceso, fue hasta las 15:30 horas de ese día cuando en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se recibió una llamada de la embajada de los Estados Unidos en México en la que se informó que Ismael, “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo del “Chapo” Guzmán, se encontraban bajo custodia de las autoridades en la ciudad de El Paso, del vecino estado deTexas.
Esta situación implica que Estados Unidos, nuestro vecino y principal socio comercial, no confía que el gobierno mexicano cumpla con su obligación de combatir el delito ni con el compromiso de colaboración mutua en el combate al narcotráfico.
Anteriormente, en el reconocido periódico The New York Times se informó que autoridades norteamericanas investigaban algunas acusaciones contra el presidente mexicano, alegando que personajes cercanos a él se reunían con cárteles del narcotráfico y habían recibido millones de dólares que se utilizarían en su campaña presidencial en el 2018 y posteriormente a la toma de protesta. Ese dinero que también utilizaría para el financiamiento de las campañas electorales de los candidatos de MORENA en otros estados del país.
Por supuesto, el Presidente López Obrador negó la acusación y afirmó que esta nota no afectaría la relación y colaboración entre ambos países; pero es innegable que el Presidente recibió frecuentes visitas de Ken Salazar, Embajador estadounidense, así como de Antony Blinken, Secretario de Estado y Alejandro Mayorkas, Secretario de Seguridad Interior de los Estados Unidos, para charlar con el titular del Poder Ejecutivo sobre temas que le preocupan al gobierno estadounidense.
No obstante, al ver que las pláticas con el presidente López Obrador, en las que seguramente se establecieron compromisos, nunca se concretaron, fue el argumento que convenció al presidente Joe Biden para ordenar ese operativo sin consultar ni informar a su contraparte. Es de esperarse que esta importante detención de el cofundador del cártel de Sinaloa, sea determinante para elevar las preferencias electorales de los demócratas en los próximos comicios en el país vecino.
Esta crisis de confianza con un gobierno demócrata, se podrá agravar mucho más si el próximo martes 5 de noviembre triunfa el republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.
La 4T y la próxima presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum, tendrán que trabajar mucho para restablecer la confianza del gobierno estadounidense, si quieren seguir siendo aliados y socios comerciales.