Y otra vez sin agua…
Que si el ducto dos… que si el uno… que si falla eléctrica.
Lo único que no sirve son los pretextos, y eso es lo único que nos recetan.
Imagine usted al que llega del trabajo harto del tráfico, si es que tiene auto, con todos esos nudos, esos carriles que desaparecen…
O al que llega a casa luego de rifarse tres horas en la espera y en el trayecto del camión.
Y ahora… ¡a cargar las tinas y a traer agua!
Esto no es vida.
La ineptitud y la corrupción juntas terminan por hartar.
¿Y Juan Ignacio Barragán… y González Chío?
¿Ya se bañó compañero?