EN APODACA UN FANFARRÓN que con lata de cerveza en mano disparaba al aire, para que los vecinos «lo respetaran», provocó un cateo que duró dos días.
El fanfarrón idiota echó a perder una operación para mover unos 200 millones de pesos en sicotrópicos y precursores.
Está literalmente frito.
Lo que llama la atención es que esta clase de criminales buscan, o de plano operan ya en sectores residenciales, en donde los tacuaches encargados son demasiado evidentes, como en este caso.
POR VILLAGRÁN SE VIERON en estos días unidades sospechosas, con gente armada en recorrido de la zona de bares.
Los encargados recibieron amenazas de ataques armados y reportaron a sus proveedores de droga.
Así que fueron estos mismos proveedores quienes mandaron vigilancia.
Hediondos que cuidan a hediondos.