VERÁ USTED, EL PRÓXIMO DOMINGO hay dos procesos, uno es electoral y el otro es político.
¿Cómo?
Es que en aras de centrar las miradas en la elección judicial, los ojos dejan de posarse en algo que va a marcar los futuros ajustes en el timón y el la tripulación: La elección en Veracruz y en Durango.
EN LA ENTIDAD JAROCHA POCO hay que hacer, porque la zacatecana Rocío Nahle sacó a todo mundo de la operación… ¡Nadie mete mano!
Victoria o derrota son de ella, nadie más.
Pero en Durango se juega mucho más que algunos municipios.
Por ejemplo, en Durango capital hay un candidato que en su momento rechazó el Vejete Perverso, pero su cachorro, Andy Pando Calamardo, decidió imponerlo contra viento y marea.
Y ese viento y marea es la Presidente.
ASÍ QUE CALAMARDO LÓPEZ Beltrán intenta a toda costa sacar algo que puede ser un golpe duro para quien desea afianzarse en el timón.
Así que después del 1 de junio, y no por la elección Judicial, sino más aún, por los resultados electorales se vienen ajustes.
Ajustes que van a comenzar en el Legislativo…
Noroña es el primero que baja del barco, y de la presidencia del Senado va en calidad de grumete… se acabó el cariño.
Monreal también sube a la tablita y veremos su capacidad para evitar que lo hagan caminar por ella.
Obvio, no le ayuda que una gran parte de los maestros de la CNTE que retan a la Presidente, vengan de Chiapas, Oaxaca… ¡y Zacatecas!
Yo nomás aviso.
EN ZUAZUA TRONÓ LO que tenía que tronar, porque Jorge Martínez, priísta él, y padre de la alcaldesa Elva Deyanira Martínez, ya no guardó las apariencias y se apersonó en la sesión de Cabildo… ¡a dictar línea!
La cosa es que los regidores andan bravos porque no les apoyan en maldita la cosa, pero en cambio el regidor morenista de Monterrey, Gibrán Ornelas… ¡trae chofer particular pagado por el municipio de Zuazua!
Se hicieron los reclamos, se mentaron madres y al final Jorge Martínez salió hecho una furia y se topó con el ex alcalde Pedro Martínez, a quien le soltó un par de mandobles y empujones.
LA COSA SE PUSO MUY INTENSA, y al final la alcaldesa acabó llorando, su papá denunciado en la Fiscalía… y hasta el tesorero de apellido Ortega acusado de ser impuesto por Gibrán, el regidor.
¡Qué feítos de modos!, de veras.
