Llega un bato a la barbería y le dice al chavo que atiende…
-Compa, me voy a casar hoy, con una mujer inocente… ¡una que nunca a visto un pilín en toda su vida!
-¡Ah, muy bien compi!… ¿y en qué te puedo ayudar?
-Pos mira… quiero que me recortes en el área de los tanates, que me hagas una moha…
-¡Achingá!… ¿una moha?…
-Sí compadre… te doy 10 mil pesos por el jale.
El bato acepta y coloca al bato en el sillón, con las piernas abiertas y dobladas de las rodillas; le coloca la bata y se agacha para hacer el jale.
Estaba en ello cuando llega un cristiano, se mete sin tocar y ve la escena…
-¡A la virrrrrr!!!… ¿qué hacen?
El peluquero medio nervioso le dice: Le estoy haciendo una moha en los huevos.
-¡Ah güeno!… si es eso… a mi me gustaría que me hiciera unas trenzas.
Y así, de la nada, aquel barbero se vuelve una leyenda por hacer cortes en los tanates…
Había que sacar fila para ser atendido.
Unos iban a que les hicieran un chonguito… otros una cola de caballo… otros de plano un alisado.
Hasta que un día mientras esperaban dos batos para ser atendidos se ponen a platicar.
-Yo vengo a que me hagan un permanente.
-¡Mire qué cosas!… y yo vengo a que me lo planchen.
Un abuelito que estaba cerca de ellos dice…
-Yo vengo a hacher una donachión para un compa que tiene cáncher teshtitular.
-¡Achingá!… oiga padre, pero si va a donar un testículo, eso debe hacerlo en el hospital, no en la barbería…
-¡Noooo!… ¡yo vengo a donar pa que le hagan una peluca!
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