Cuando entendió que le faltaba poco tiempo, comenzó la venganza…
La Unidad de Inteligencia Financiera, con su matón mugroso, Pablo Gómez, investiga posibles delitos que existen solo en el interior de su blanca cabecita, cometidos por LatinUs, la cadena que hizo pública la red de corrupción de los hermanitos López Beltrán.
Pero no termina ahí…
Luego se lanza contra Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, el colectivo civil que encueró el escándalo de corrupción de Segalmex, entre otros… a ellos les manda auditorías, persecución.
Los quiere arruinar.
Doblega a Televisa, hoy Univisión, y consigue dejar sin chamba a Jorge Ramos, el periodista que lo enfrentó varias veces en La Mañanera.
«Yo no fui», dice en todas y cada una.
Tampoco fue él quien ordenó las acciones contra la familia Yunes que terminaron por doblegarlos y dejarlos como traidores.
Tampoco fue él quien ordenó la detención del Senador Barreda y su padre en Campeche, para obligarlo a ausentarse de la sesión en que se votaría su mamotreto de Reforma Judicial.
No, no fue él…
La joya de la corona es doblegar al Poder Judicial… a esa Suprema Corte de Justicia de la Nación que le tiró sus reformas corruptoras.
De pasada su INE, comandado por su Guadalupe Taddei, tumba las reformas que permitieron la reelección de Alito Moreno… después de que el líder nacional del PRI no se prestó para la traición a México.
Dice el Chavo del 8 que la venganza es mala y envenena el alma.
De buenas que Cabecita está totalmente a salvo: No tiene alma.