A Salvador García Soto acaba de enviarlo a la calle El Universal.
Su columna Serpientes y Escaleras incomodaba al poder.
La 4T y su discurso de estar en contra de la censura, y su realidad de ejercerla a plenitud.
Cierto, él como muchos otros, van a las redes sociales a probar suerte y a volverse independientes.
El sistema ya tiene la cura para ese mal: Su Ley Censura que le permitirá cerrar o cancelar portales incómodos.
A los que exponen la realidad, la dolorosa realidad de este país, les queda el camino de la sumisión o el de la rebeldía… el de la lucha incesante.
Jacobo Timmerman es un excelente ejemplo histórico de la persecución gubernamental y de la heroica resistencia del periodista.
Ante ello, no hay dictador que pueda.
Si leyeran tantito, se evitarían algo del final que les aguarda.