No hay que imaginarlo, porque es un escenario posible…
La Suprema Corte determina que la Reforma Judicial no se puede implementar por vicios en su proceso de aprobación.
Vicios que estuvieron a la vista y conocimiento de todos y todas.
La resolución de la Corte llega a la Presidente y ella decide que no la acatará, porque a ella nadie le da órdenes.
El Poder Judicial, que tiene en su control miles de millones de pesos decide que no se va, ni renuncia, ni se somete a elección.
Es más, le ordena al INE detener el proceso.
Estaremos en una crisis institucional con dos Poderes, de los tres que componen nuestro sistema de gobierno, trenzados en un pleito que no tiene solución.
¿Ordenará la Presidente que el Ejército vaya y detenga a los ministros?
¿Pedirán los ministros ayuda a organismos internacionales para detener el abuso?
Sí… el panorama hipotético, pero muy posible, es devastador para México.
¿Alguien podrá imponer la razón?
¿Alguien será capaz de abandonar la soberbia y conseguir un camino para fluir de manera institucional por el bien de México?
Quiero ser optimista, pero no puedo.