Hace cuatro años, el PRI aceptó ir en alianza con el PAN por la gubernatura; y aceptó en la mesa que los panistas impusieran candidato.
En la mesa estaban los líderes de los partidos, también grupos empresariales.
Todo quedó listo, hasta que apareció Raúl Gracia.
Él solito pudo más que todos y tronó la alianza que nos pudo dar un gobernador como Ildefonso Guajardo.
Su terquedad, su capacidad para hacer pataleta, para chantajear… para hacer lo que a su muy mezquino interés convenga, es más poderosa que cualquier causa que a Nuevo León convenga.
Hoy, es el principal obstáculo para conseguir un acuerdo final para el presupuesto.
Es una peste para Nuevo León.
Eso es apenas el principio, porque su otro objetivo es tronar por segunda vez la alianza PRI-PAN por la gubernatura.
Cuando me platicaban de él hace tiempo, me dibujaban a un genio de la política.
Cuando pude conocerle y ver su actuar descubrí que no hay tal genio.
Es un líder patético, llorón, chantajista barato…
El caso es que algunos panistas aún le temen.
El caso es que en MC tiene algunos aliados a quienes sirve y de quienes se sirve.
El caso es que no es el PAN quien sufre las consecuencias de sus berrinches…
Es Nuevo León, y no sé cómo un estado tan grande puede patinar en tan poca pasta.
