El giro a la extrema derecha es irreversible.
Europa marca la pauta, Sudamérica le sigue… los Estados Unidos ahora toman los controles.
Curiosamente es la Europa liberal la que sufre, la que pelea… es la Canadá liberal, la que se resiste.
Y este México tan comodino, tan corrupto, tan lleno de criminales en todos los espacios de gobierno, cree que juega en su propia cancha.
Cree que un bailongo en el Zócalo es la nota principal en el resumen informativo que le entregan a Trump.
No es que México debiera ir a la ultraderecha… creo que lo van a llevar.
Quienes simpatizamos con la izquierda, la real, no la de López y Claudia… no la de MORENA… la izquierda capaz de construir nuevas realidades a partir de considerar al ser humano como un ser libre y capaz de buscar su propio bienestar si le das las oportunidades… todos nosotros, miramos con preocupación a este viraje.
Una izquierda que trasciende esas pavadas de la ideología de género… de las estúpidas guerras de mujeres contra hombres y viceversa… esa izquierda que sabe tomarse del brazo para generar el bien común… esa izquierda fue lo primero que abortaron estos miserables.
Ni siquiera nació…
A los morenos los aniquilará ese péndulo, supongo que lo saben, pero la «gran estadista» se comporta como si ella solita pudiera detener y contener lo irremediable.
¡Pobres!
Intolerancia de unos, intolerancia de otros…
Habrá que acostumbrarnos, aunque quizá, lo bueno que puede ocurrir es que todas esas bandas criminales creadas o solapadas por López, serán reducidas a su mínima expresión y encerradas en mazmorras propias de la Edad Media.
No se asuste… este mundo ya pasó por eso, y sobrevivió.