EN LINARES LOS GRUPOS CRIMINALES PERSISTEN, sin verdadera oposición, en el afán de ganar espacios en el entramado del dinero sucio.
Uno de sus nuevos nichos es el cobro a los transportistas que cruzan por la estación en que se revisan productos agrícolas.
Ahí, los vigilantes perdieron ya la pizcacha que recibían de manera periódica, porque ahora hay que pagar moche fijo… hay que juntarles dinero.
La cosa es que a un kilómetro de la estación de monitoreo, otro grupo detiene a varios transportistas y les baja otra cantidad.
Los hediondos no se comprometen a proteger a sus víctimas de no pagar doble… más bien, le dicen que se den de santos de que no les quemen la carga.
¡Vaya diplomacia!
TAMPOCO AQUÍ APARECE LA GUARDIA NACIONAL… Fuerza Civil llega de manera intermitente, y cuando llega limpia el espacio.
Pero los apestosos no tienen problema, simplemente corren a esconderse en la zona de Villagrán, o agarran rumbo a la presa.
La manera en que la administración municipal de Linares permitió todo esto, debiera ser motivo de investigación y de castigo para quien lo instrumentó.
