Llama Lupita Rodríguez a expedir una Ley de Coalición para los siguientes tres años de gobierno
Por GUADALUPE RODRÍGUEZ MARTÍNEZ
Por mandato popular iniciamos hoy nuestro trabajo de legislar para servir al pueblo, con el pueblo y por el pueblo.
Nuestra obligación es promulgar leyes que mejoren la convivencia entre los diversos sectores del pueblo de Nuevo León.
Especialmente para zanjar las brechas de pobreza y desigualdad y preferentemente para atender a los sectores vulnerables de la niñez, las personas adultas mayores y con diferentes capacidades y, a las mujeres.
Pero, si como legisladores somos violadores de nuestra propia Ley y su Reglamento inmediatamente después de jurar respetarla, seremos los verdugos de nosotros mismos y del pueblo.
Los actos ejecutados anoche en contra de la Ley, son nulos de pleno derecho.
En política hay que saber ceder. Ceder no es perder. Es dar un paso hacia el entendimiento. Saber ceder a tiempo es la más legítima forma de sabiduría.
Gracias al voto del pueblo seremos la primera Legislatura con mayoría de mujeres en 200 años del Congreso del Estado. Esto, con sentencia definitiva del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Es un avance democrático producto de décadas de lucha y de transitar las cuotas de género del 30-70, del 40-60 y del 50-50.
El nombramiento de más mujeres que hombres en este Congreso, es parte de la jurisprudencia sobre paridad de género para maximizar el acceso real de las mujeres a cargos públicos y establecer un piso y no un techo en igualdad de oportunidades.
¡Juntas hagamos historia! y logremos que trascienda nuestro trabajo.
Para que nuestra Septuagésima Séptima Legislatura se dimensione por sus buenos resultados y como parte del Congreso General de la Unión que somos, valoremos también sumarnos al llamado de nuestra próxima primera Presidenta Mexicana.
La doctora Claudia Sheinbaum Pardo nos convoca a unirnos en la tarea de construir el Segundo Piso de la Cuarta Transformación de la República, iniciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para avanzar en la revolución pacífica de la transformación social, política, económica y cultural de México, hay que servir al pueblo sin mentir, sin robar y nunca traicionarlo.
Independientemente de legítimas causas político partidistas y de que Nuevo León es un Estado libre y soberano, debe prevalecer el espíritu republicano del Constituyente.
Desde hace 200 años nos gobernamos bajo el sistema de división de poderes, el cual no significa separación o subordinación, sino colaboración y coordinación entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Es fundamental que los poderes se coordinen para hacer realidad las garantías sociales y los derechos humanos.
La confrontación entre poderes es normal y hasta natural.
Pero, para la No confrontación bastaría conocer la percepción que la ciudadanía tiene sobre nuestro quehacer político, para dejar posturas de choque y servir al pueblo.
O bien tomarnos el desafío de expedir la Ley de Gobierno de Coalición Local que la Nueva Constitución dispone, para erigir un gobierno coaligado o compartido.
Para que estos tres siguientes años sean de colaboración, antepongamos el interés general del Estado a cualquier otro, para dejar atrás acciones y decisiones erráticas.
La experiencia de lucha por más de 50 años en el movimiento urbano-popular y por más de 30 años en la política, nos ha enseñado a buscar siempre el respeto y la concordia para resolver los problemas.
La confrontación paraliza las funciones de gobierno y con ello el único que pierde es cada uno de sus ciudadanos.
Hay que robustecer el derecho de la ciudadanía al buen gobierno que la Nueva Constitución también establece, tal y como el principio constitucional del interés superior de la niñez prioriza los derechos de niñas y niños ante cualquier decisión pública que los afecte.
Además, una mayor colaboración entre gobernantes y gobernados para cumplir las metas, objetivos y estrategias que el Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027 y el Plan Estratégico 2015-2030 contemplan.
Coordinemos nuestra Agenda Legislativa con los planes del Ejecutivo y del Judicial, en la misión de gobierno para erradicar la desigualdad y pobreza, la inseguridad y violencia, la corrupción e impunidad.
Compañeros y compañeras:
Fuimos electas como representantes populares con absoluta libertad para legislar, para parlamentar, para votar y para vigilar que la Constitución se cumpla.
Hay que dignificar nuestra responsabilidad ¡pero ya! y que la gente sienta y sepa que no les vamos a fallar.
Sólo así responderemos a la esperanza que la ciudadanía depositó en nosotras. No debemos olvidar nunca que el voto a nuestro favor, también es un voto de confianza y deseo de ser representado con justicia.
Honorable Asamblea:
Legislar para el pueblo, con el pueblo y por el pueblo implica que nuestras leyes sean tanto legales como legítimas; es decir, aquello que es justo a los ojos del pueblo.
En la sociedad de clases no todo lo legal es siempre legítimo, ni todo lo legítimo es siempre legal.
Las leyes son un factor que sólo puede entenderse desde la perspectiva de la historia de la sociedad, donde exista el espíritu del pueblo y la voluntad de cambio.
Por esta razón, las y los legisladores comprometidos con el cambio social, debemos trabajar en consecuencia, pues el Congreso representa la fuente de las leyes para organizar a nuestros gobiernos y transformar a nuestra sociedad.
En el Bicentenario de Nuevo León asumamos los desafíos de la transformación y trabajemos Ascendiendo Siempre, la divisa a lo largo de estos 200 años de vida política. Más que un lema es la tendencia siempre progresista de nuestras mujeres y hombres.
Seamos una Legislatura histórica, que rompa récord de productividad y abata el rezago legislativo, sin caer por ningún motivo en la parálisis.
Saquemos adelante, conjuntamente con el Ejecutivo, las tareas de gobierno del Estado, mediante el camino del entendimiento, la concordia y los acuerdos.
Construir esos caminos lo hacen los grandes políticos, quienes están llamados a trascender y no a ser escarnio de críticas y del reproche de la población.
Por el bien de todas y de todos exigimos enmendar con dignidad y respeto nuestra primera jornada legislativa. La justicia, la libertad y el progreso para el pueblo de Nuevo León así lo merecen ¡¡¡