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Los caminos de la izquierda…

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Por: Red Crucero

Publicado el 16 de julio de 2025

A los 12 años, junto con otros locos bajitos fundamos la UCE, Unión Comunista Estudiantil en la Federal.

La izquierda era panacea…

La asquerosa burguesía nos hizo odiar a todo aquel que explotaba a sus trabajadores, que tenía a la mamá de Chilo, uno de los fundadores, encerrada en un galerón en el que cosía zíper tras zíper para cientos de prendas, a cambio de miserables 350 pesos a la semana.

Ella trabajaba calladita, con su cuerpo delgado y medio encorvado, anteojos gruesos y pequeñitos… nunca se quejó.

«¡Dile que vamos a liberarla!», le dijimos a Chilo, porque el maestro Bernal, el de historia, nos prometió llevarnos a donde la guerrilla se preparaba, entre los cerros de Álamo, con rifles de palo.

Nunca empezó el movimiento… al menos no el nuestro.

Poco después supimos de la 23 de septiembre, de los secuestros, de los asesinatos… y una tarde-noche a la luz de una fogata en la que se cocían frijoles en bola, decidimos que no era eso lo que buscábamos… matar a gente inocente no.

Y pensamos en las guerrillas blancas… las que cambiarían todo, las que impulsarían el comunismo sin disparar una bala.

«Cobardes», nos dijo el maestro Bernal, con la calva que se ponía colorada del coraje.

Se acabó el movimiento, pero no la convicción de que la izquierda era el camino.

Y un día me topé con el 88…

Editor en el periódico más burgués de México, El Norte, me entregué de corazón a la causa de Cuauhtémoc Cárdenas; escuché a Muñoz Ledo como quien escucha a un iluminado… me recordaba las enseñanzas del Gran Maestro Reyes Heroles; la resolución de mi padrino de Generación en la prepa, Gutiérrez Barrios… «Van a lograr, no lo que sueñan, sino lo que están dispuestos a tomar por asalto».

Pero la izquierda no llegó… se entregó.

En el 2000 me enojó que cuando México estaba listo para el cambio, el cambio se diera con Fox y no con López Obrador, quien me parecía la mejor opción, pero que no fue candidato porque Cárdenas se empeñó en ser de nuevo…ç

En el 2006 me convencí de que López no era de izquierda, sino un loco y mediocre lleno de resentimiento… más ladrón que el más ladrón de los burgueses.

Es sencillo: «Dime de qué presumes y te diré de qué careces».. y López presumía la honestidad que jamás ha conocido.

En el 2012 volví con López, nomás por el coraje, por la rebeldía de no permitir que Televisa nos impusiera presidente.

Me dio asco en esa noche de la elección, ver a Víctor Trujillo (sí, el Brozo tenebroso) en una mesa en la que daba triunfador a Peña Nieto, sin tener siquiera los datos medio oficiales a la mano.

Y llegó el 18…

López ya es un loco desatado… un peligro inminente.

Divide al país… pone en pleito a padres contra hijos…Yo sabía que estaba muy cerca del crimen organizado y así lo escribí.

Anticipé que con él se nos venían tiempos oscuros de inseguridad… ahí están.

Muchos años después… ¿Sigo creyendo en la izquierda como a los 12 años?, ¡sin duda!

Pero la izquierda no habita en un partido o en algunas siglas.

La izquierda es una manera de ver y entender el ejercicio del poder con vocación de hacer por los necesitados lo que nunca se hizo, para darles el margen de salir de la pobreza.

De hecho, el mejor programa de izquierda que he visto, es el que empujó Salinas de Gortari con Solidaridad… ese sí transformó a México.

Así que la izquierda es libertad en sí misma…

Pero López y su camarilla, nos jalan con la zanahoria que tiene por objetivo hacernos creer que vamos directo a la izquierda.

En realidad, vamos hacia el colapso.

 

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