Sin los reflectores de María Corina Machado, México tiene su propia versión de una mujer fuerte, valiente… y perseguida.
María Amparo Casar, presidente de la Fundación Mexicanos Contra la Corrupción la Impunidad, ha sido un aguijón en los talones de la 4T.
Las investigaciones que han servido para el lucimiento de periodistas como Azucena, Carmen o Carlos, incomodan, enojan, enfurecen a los corruptos de todos los colores, y ahora de la 4T.
No es que ella comenzara a develar secretos molestos en tiempos de Obrador; lo hizo en tiempos de Peña… expuso antes que nadie las grandes estafas en ese gobierno priísta.
Lo suyo no es verter opiniones, sino exponer hechos.
Manchó el pañuelo blanco de López, demostró que efectivamente, los de la 4T son diferentes a los anteriores… ¡Porque son peores!
Obrador quiso devolver las manchas, acusó a la Fundación del peor pecado que pudiera cometerse en México… «Ser conjervador».
Finalmente la acusó de percibir ilegalmente una pensión de PEMEX tras la muerte de su esposo.
Nada pudo…
Ahora, la Fiscala Carnala de Sheinbaum revive ese tema de la pensión y le acomoda un delito que no tiene sentido.
No pueden con María Amparo Casar, no la doblan.
Su causa es nuestra bandera, la de los Mexicanos que anhelamos el regreso de un país de libertades… que no sufra el yugo de criminales.
Mi solidaridad con María Amparo.