En el Congreso del Estado, Mike Flores descubre otra realidad: El legislativo, tan defenestrado, es el mejor curso de humildad.
No se construye con soberbia, ni con fuerza.
Allí se tragan sapos y se sonríe.
Historias de coordinadores que seducían a las bancadas que necesitaban para hacer mayoría… maestro en ello Héctor Gutiérrez de la Garza, dos veces coordinador del PRI, dos veces con minoría y dos veces airoso.
Historia de coordinadores sabios, que movían a sus piezas para defender, para atacar, para distraer… coordinadores que nunca subían, excepto para ganar un debate, como Ildefonso Guajardo.
Historia de coordinadores que aprendieron la humildad y pusieron en la mesa todos los caudales para atraer, sin presionar, sin lastimar, a los que requirieron para ganar una mayoría compuesta… Paco Cienfuegos.
Son estilos e historias diferentes… pero las nuevas generaciones detestan la historia por aburrida.
Historia de coordinadores que con todo y mayoría evitaron convertirse en empleados del gobernador; que exigían y participaban en grandes decisiones… ejemplo: Gerardo Garza Sada.
A Mike Flores le convendría estudiar el entorno… aprender… escuchar… y entender que ceder es obtener.
Su rostro indica a veces la contrariedad de sentirse traicionado, o de no entender cómo a sus espaldas pueden tejerse acuerdos que lo golpean.
Esto apenas comienza…
Puede ser una eternidad, o puede ser un viaje que se disfrute.
Cada quien.