LO QUE HOY SE MOSTRÓ CON UN HELICÓPTERO astillado que ataca a una base de hediondos en la sierra de Durango, es impresionante… pero no tanto como lo que se tuvo en tiempos de Calderón.
Y esto se debe a que en el sexenio calderonista, los norteamericanos regalaron una docena de Black Hawk al Ejército y Fuerza Aérea Mexicana; pero los aparatos venían equipados con artillería pesada, misiles de corto alcance.
En Bustamante, para no ir tan lejos, durante una fiesta en la que participaban todos los jefes del hediondaje de aquellos tiempos, ligados desde luego a los zetas, llegó un ataque inesperado con uno de esos helicópteros e hicieron volar 11 camionetas de los apestosos que intentaban huir por las brechas; los pequeños misiles hicieron estragos.
Lamentablemente, López Obrador se negó a seguir con el Plan Mérida y todo se derrumbó.
Se le dio manga ancha a los hediondos y ahora tenemos helicópteros sí, con suficiente poder para ganar una batalla desde el aire, pero sin el plus de la artillería y misiles.
De todos modos, es reconfortante ver que comienzan a trabajar en lo suyo, nada de repartir abrazos a los maleantes.
VAMOS A ESPERAR A QUE LOS EFECTIVOS MILITARES ENVIADOS PARA tratar de bloquear el tráfico de fentanilo muestren las instrucciones que traen.
Porque en estos momentos, el riesgo de ir a la frontera se reduce mucho en el tramo carretero, pero se multiplica en la zona urbana.
Los asaltos a unidades con placas de Nuevo León están a la orden del día, y comienzan poco antes del mediodía.
La cosa es que hay suficiente evidencia de que los policías locales halconean para los criminales, y avisan a los hediondos sobre vehículos susceptibles de ser asaltados o de gente que puede traer cosas muy robables.