A estas alturas, en tiempos del viejo PRI, la Presidente tendría como prioridad salvar su imagen y la de su gobierno.
Adán Augusto hubiese renunciado no solamente a la coordinación del Senado, sino a su escaño.
Ricardo Monreal hubiese sido nombrado subsecretario de Pesca… López Obrador estaría como embajador en Nueva Zelanda.
El riesgo de convertirse en un gobierno sin poder y sin legitimidad impulsaría acciones como las que en su momento afrontaron Cárdenas… Ávila Camacho… Zedillo…
Cuando se trata de salvar al régimen no hay dique.
En cambio, Claudia Sheinbaum no quiere salvar a su gobierno, porque no gobierna.
Tampoco trata de salvar una legitimidad que no tiene… y tampoco busca obtener una, porque no sabría qué hacer con ella.
La señora Sheinbaum intenta salvar solamente una cosa…
A su gran jefe, Andrés Manuel .