La aparición de felinos depredadores en diversas zonas de nuestra metrópoli debiera encender las alertas.
Parques y Vida Silvestre ya no es un espacio para el amigo o el compadre.
Ya no está Glen, quien se la pasó jugando a ser Daktari, pero no presentó estudios sobre el movimiento de estos especímenes y el riesgo que representan.
Lo digo por lo siguiente:
Un experto en estos temas, Noel Bravo, del estado de Durango, señala que el ser humano agobiado por las presiones urbanas, practica cada vez más actividades al aire libre.
El senderismo es una de ellas… los recorridos en moto por zonas serranas…los campamentos… los hoteles en espacios silvestres.
La primera de ellas, el senderismo, pudiera convertirse en una actividad de alto riesgo, ante la posibilidad de que quienes caminan por las montañas apoyados solamente en un bastón, pudieran encontrarse con un puma, como le ocurrió al desdichado gato de Sierra Alta.
Y el pudiera es solamente una pregunta…
¿Tenemos un estudio sobre la presencia de estos animales en ciertos sectores de nuestra hermosa sierra?
¿Sabemos cuántos hay y en dónde se les ha visto?
¿Tenemos una idea sobre el riesgo real de actividades que invaden el hábitat de los hermosos especímenes?
¿Se han delimitado zonas de riesgo?
La respuesta a todas las preguntas anteriores es un rotundo NO.
Y responderlas tomaría no menos de dos años, mientras se hace un estudio profesional por expertos, no por políticos jovencitos que juegan a ser los amos de la pradera.
Esperaría que los clubes de senderismo se junten y exijan respuestas.