Solo vi uno de los mensajes de Javier Chicharito Hernández… ese en el que invita a las mujeres a quedarse en casa y criar a sus hijos, si así les place.
Esta hipócrita sociedad que le teme a la cancelación, ha visto ser crucificado al tipo que le da un picorete en la boca a una jugadora que al principio parece estar de acuerdo, y luego la presión social la obliga a tirarse al suelo y gritar «¡penal!»
Más allá de estar de acuerdo o no con el Chicharito, el sagrado derecho a pensar distinto y de expresar ese pensamiento es lo primero que se cancela.
Los modernos Torquemada y los hipócritas de las trincheras hacen lo que saben: Juzgar y condenar por pura presión social.
Cuando llegue un Milei, que sin duda llegará, les veré cambiar de bando y condenar los excesos ideológicos de la nefanda perspectiva de género que solamente nos divide y nos impide ser un equipo de seres humanos independientemente del sexo con que nacimos.
Los veré… les veré…
¡Miserables!