Ha sido un fin de semana duro…
No podría comenzarla sin rendir homenaje sincero y humilde a dos grandes luchadores sociales que se nos adelantaron.
Doña Violeta Matus Escarpulli, y Óscar Rocha Espinosa.
La señora Matus se grabó en mi mente cuando en León, Guanajuato, se amarró a un árbol, junto a otros vecinos, para evitar que fueran talados para abrir paso a un proyecto de transporte urbano.
Obligaron a la administración municipal a reenfocar su trazo, a brindar el beneficio sin llevarse de encuentro los valiosos árboles.
Un día le mostré esa protesta a los «snobs» que luchaban contra la construcción del estadio de los Rayados del Monterrey en el Bosque de la Pastora.
Fruncieron la nariz…
La verdadera lucha social no se hizo para todos; algunos aprovechan para lucir y ganar reflectores, otros la utilizan, como doña Violeta, para obligar al poder a fluir por los cauces correctos.
Siempre en mi recuerdo señora… su impacto en la vida de muchísima gente y muchísimas autoridades sirvió para aprender y crecer.
Duele su partida… duele más que no haya más Violetas en nuestra senda.
DE ÓSCAR ROCHA ESPINOSA GUARDO un recuerdo especial; un día me envió la queja de que un judicial federal fue a su negocio para acusarlo de que tenía ropa clonada… le pedía 15 mil pesos para dejarlo en paz.
Óscar lo mandó a la tiznada, pero además, me envió una foto del sujeto.
Publiqué la denuncia, pero omití publicar la foto del miserable policía, Óscar me preguntó por qué y le dije… «No quiero que vaya contra ti el tipo o sus amigos»…
¡Tú dale… pa eso la mandé!
Así que la publiqué, el judicial federal desapareció de la órbita.
El valor de Óscar siempre me inspiró… y verlo conectado a las transmisiones de Facebook, emitir opiniones duras contra López Obrador o Samuel García, sin miedo alguno, demostraron que los ciudadanos siempre van un paso adelante.
Siempre en mi recuerdo el buen amigo Óscar Rocha Espinosa… su familia, sus hijos, deben estar dolidos, cierto, pero orgullosos de la clase de padre que tuvieron.