Un tipo estaba en el aeropuerto, llegaba de un viaje por Sierra Leona… entonces entra al baño y se saca el pizarrín…
¡Enlamare!
Descubre que está cubierto por una gran cantidad de puntitos color verde.
Un bato que está meando a su lado…
-¿Puntitos verdes en el pizarrín?… no se asuste, si va a los médicos le van a decir que hay que cortarlo… vaya de una vez con el brujo de la Coyotera, ese lo cura.
-¡Sí… sí!
Llegando a Monterrey va con un famoso cirujano que lo revisa y le dice… «hay que cortar».
-¡Noooo!
Se va a Houston y allá contacta de urgencia al mejor especialista… lo someten a exámenes toda una semana y al final, el diagnóstico es terrible: «Si quiere sobrevivir hay que cortar».
Desolado, regresa el hombre a Monterrey, al llegar vuelve al baño y nota que el pizarrín parece estar secándose…
Entonces recuerda el consejo del tipo en el baño y se va con el brujo de la Coyo, que lo recibe.
-¿Qué le pasa?
-¡Mi pizarrín!… empezó con manchitas verdes, luego se cubrió todo y ahora parece que se seca… ¡y todos los doctores me dicen que hay que mochar!
-Déjeme verlo.
Desenfunda el cristiano y el brujo lo mira…
-No… no hay necesidad de cortar.
-¿De verdad, doctor?
-¡Claro que no!… mire, súbase a esa silla…
El tipo se sube…
-Ahora brinque…
-¿Solo eso?
-¡Sí!… brinque.
El bato brinca y…
-¡Inguesumare!… ¡se me cayó!
-¿Qué le dije?… ¡No había necesidad de cortar!
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