Por LEOPOLDO ESPINOSA BENAVIDES
En 1988 se reveló por un artículo del periodista Miguel Ángel Ramírez que algunos jugadores de la selección nacional juvenil de fútbol eran inelegibles por la edad.
Rafael del Castillo, presidente del fútbol juvenil dijo: ¿Por qué México no puede ser mañoso, cuando otros países lo son?
En ese deporte – negocio profesional, el fin justifica los medios y si se comete una falta o agresión a un jugador del equipo contrario, debe ser lejos de la pelota, porque el árbitro y la televisión no tienen ojos más que para ver el balón y a quien lo patea, abriendo posibilidades de quedar impunes las agresiones realizadas en otro rincón de la cancha.
Y cuando sucede todos lo festejan, los aficionados que son sus seguidores y los directivos del equipo.
En el Mundial del ‘86, los aficionados argentinos alabaron hasta el cansancio el gol que Maradona anotó con la mano, debido a que “El árbitro no lo vio”, considerándolo un mérito doble.
Son demasiados los aficionados y los directivos que prefieren que su equipo gane sin honor, a que pierda con nobleza.
Así que, si eso se ha sembrado desde la cancha hasta las gradas, no se puede cosechar menos que vileza entre una
afición que se apasiona con los colores de su equipo.
El pasado mes de agosto que jugaron los equipos Tigres y América sucedió otra lamentable trifulca en las gradas del estadio universitario.
Y como continuación de la pesadilla, afuera del estadio se dio ‘el segundo round’ provocando el terror entre las familias que asistieron al estadio.
Son hechos delictivos cometidos como siempre, a la vista de todos, con la diferencia de que ahora hubo muchos videos del público que se subieron a las redes sociales.
Desde luego que no es la primera vez que sucede. No tenemos el pretexto de decir que es la excepción. No.
Acaso lo que debemos hacer es exigir a las autoridades que se aplique un castigo ejemplar a esos hampones disfrazados de hinchas de un equipo, que sacan lo peor de sí mismos cuando traen la sangre caliente por lo sucedido en la cancha.
Sin embargo, solo arrestaron a dos personas, a pesar de que en redes vimos al menos a cinco individuos golpeando a otros aficionados que tuvieron la mala suerte de estar cerca de semejantes energúmenos.
Tampoco se sabe nada del tipo que aventó al golpeado por las escaleras, ni de los otros golpeadores que afuera del estadio dejaron tirado sin sentido a un aficionado.
Los que deberían estar preocupados son los organizadores del Mundial de Fútbol porque en esta ciudad y en estos mismos
estadios se realizarán varios partidos internacionales.
Es absolutamente indispensable que se haga un plan de seguridad para que estos espectáculos bochornosos e ilegales no se vuelvan a presentar.
Por lo pronto, se debe exhibir con fotografías y nombres completos a los atacantes, para que sientan el desprecio generalizado.
Por más ganancias económicas que produzca una afición que paga su entrada al estadio y compra cerveza, pero alimenta el odio al equipo contrario en cada cerveza que bebe, la ciudad, y el propio fútbol pierden, no dinero, sino prestigio, algo que no se puede comprar en los OXXOS.
