La señora aquella va con el médico y le dice…
-¡Ay doctor!… ya no aguanto a mi marido, tiene que darle algo.
-¿Qué le pasa a su marido señora?
-Casi nada… ¡qué todos los días me lo hace!… todos los días.
-Bueno señora, perdone, pero muchas mujeres estarían felices de ello.
-Sí doctor, pero son seis o siete veces al día… me le tengo que esconder, porque en donde me encuentre ¡sopas! Ahí mero me da pa mis chicles.
-Ah caray… dígale a su marido que venga.
Va el hombre solo, el médico le hace exámenes y descubre que tiene un extraño mal relacionado con super reacción de lactosa.
Así que le da un remedio… tiene que meter su pizarrín en un vaso de leche por dos o tres horas al día.
El tipo se va y como le da pena, saca un vaso de cristal, lo llena de leche y se mete al clóset a remojar su pizarrín.
Allí estaba escondidito cuando de repente la señora andaba buscando cobertores, va al clóset, lo abre y encuentra al marido con el pizarrín en el vaso de leche…
Abre los brazos y exclama…
-¡Ahora entiendo!… con razón eres inagotable… ¡Si te lo cargas como pluma fuente, … abrón!