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El transporte urbano… crónica de hiperlactantes

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Por: Red Crucero

Publicado el 6 de enero de 2025

La historia del transporte es una historia de ambiciones, avaricia y jodidencia.

En tiempos de don Alfonso, los transportistas se dividían en dos: Los empresarios dedicados al tema con eficacia y relativamente, una tarifa justa; los otros eran los permisionarios, porros cetemistas o croquetas convertidos en dueños de sus propias unidades que prestaban el servicio, lo mismo en camiones desvencijados, que en camionetas tipo van habilitadas de la manera más grotesca para llevar hasta 50 pasajeros.

Era sencillo distinguir a los choferes y unidades de los empresarios, porque los operadores traían corbata y eran atentos, a diferencia de los permisionarios, auténticos gorilas que maltrataban física y verbalmente a los pasajeros y a los automovilistas que solían atravesar por sus caminos.

Con Jorge Treviño no cambió mucho el asunto, aunque se tomó la sabia decisión de prohibir las peseras, esas Van de las que hablaba en renglones anteriores.

Sócrates Rizzo mejoró el tema con carriles exclusivos para los camiones, la aparición los ecotaxis, más baratos pero también, que convirtieron en prósperos empresarios del trasporte a funcionarios públicos quienes acapararon las concesiones.

En ese lapso, los líderes sindicales desplazaron a los porros permisionarios y se convirtieron en dueños de ruta…

De hecho, el transporte cetemista dio un gran salto de calidad, con mejores camiones y operadores de mejor talante.

Entonces, el gobierno lo único que hacía era prestarse como aval para que los líderes sindicales renovaran toda su flotilla con camiones nuevos adquiridos a crédito y pagados en plazos de hasta 10 años.

La ambición de los líderes sindicales fue el primer movimiento… y la verdad, el servicio mejoró en general.

Vino Fernando Canales y se dio un gran salto cualitativo… con Hernán Villarreal (¿Se le hace conocido el nombre?) al frente de la dependencia, se dio la desaparición de los camiones «trompudos» y se hizo obligatorio tener unidades panorámicas, habilitadas para transporte de personas, en vez de los torton para ganado, recubiertos con carrocería y asientos.

Con Nati se hizo poco en ese aspecto… se consolidó la figura de los líderes sindicales devenidos en empresarios.

Rodrigo creo una figura interesante: Empresarios como CEMEX, líderes sindicales como la CTM, y empresarios camioneros como los Martínez Chavarría, se asociaron para crear un modelo híbrido con la Ecovía, que fue una excelente idea desarrollada por Fernando Gutiérrez Moreno.

Todo parecía que nos encarrilábamos al primer mundo de la movilidad, hasta que llegó Jaime Heliodoro.

Este cristiano pagaría en unas siete u ocho vidas de castigo en la cárcel por todo el daño que le hizo a Nuevo León… corrupto e ignorante, se fue sobre todo lo que sonara a moneda.

Se quedó con la Ecovía al requisarla y la desfondó… la dejó en ruinas… su secretario se llevó los camiones a su terreno en donde los quemó, o se los quemaron, y jamás supimos quién cobró los seguros de esas unidades.

No contento con lo que mamaba de la Ecovía, se tomó de la mano con Miguel Ángel Lozano, político y empresario camionero, y le arrebataron a Ismael Flores varias de las rutas que detentaba… rutas que ya lo dijimos, arrebató a los permisionarios originales.

Algunas de las rutas que Heliodoro y Lozano metieron, debo reconocer, fueron al principio más eficientes que las cetemistas, pero solo al principio.

Al final la ambición pudo más, saquearon las rutas y en muchas ocasiones, dejaron abandonado el servicio.

Pensamos que habíamos visto todo, hasta que llegó Samuel…

En vez de apoyar a los empresarios, se puso a hacerles competencia; compró camiones inservibles a precios inflados… y cuando se dio cuenta de que no iba a ganarles a los empresarios del ramo, abandonó cualquier posibilidad de controlar al mostruo y el monstruo se lo tragó enterito… el tarifazo es una prueba de ello.

Desde que los políticos vieron al transporte no como un servicio a los ciudadanos, sino como una oportunidad de mamar billete, se enfocaron en amamantarse, en agarrar todo lo que se pudiera y al final, el único afectado fue el ciudadano.

Así, hoy en día, la calidad, la cantidad y el precio del transporte urbano representan una auténtica, una vil mentada de madre para el ciudadano.

 

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