QUISO LLORAR, QUISO CHANTAJEAR como siempre le resultaba, pero no… esta vez Rulo Barbastengas no tiene el control de la relación del PAN con la administración de Monterrey.
Lejos quedaron los tiempos en que todos los guardias del Palacio Municipal eran militantes panistas del municipio de Juárez, a través de ellos controlaba designaciones y desde luego, vendía las derrotas.
Ahora le dieron espacio a regidores suyos, principalmente el único hombre por el que ha llorado, Tomás Macías, a quien nunca le faltó la chamba gracias a los buenos oficios raulistas.
Diana Esperanza Gámez, también regidora, también corresponde a la cuota tomada por Barbastengas en el cabildo regio.
Pero de secretarías… pero de direcciones… pero de control.
Todo pasa por el tamiz de Zeferino Pelo Fino, alias Chefo Salgado, el único panista con el que la administración hace y respeta tratos.
YA REGRESÓ JUDITH DÍAZ A LAS SESIONES DEL Senado, por si estaban con la preocupación… en realidad se soltaron rumores de todos los tamaños, colores y sabores, desde que trataba de regresar a la super delegación del Bienestar para posicionarse rumbo al 2027, hasta que algo hizo para enojar a la Doctora Cúcara Mácara .
La única realidad es que el nuevo delegado es alguien del equipo de Judith… Genarito Rodríguez, hoy don Genaro, recibió la distinción, lo cual indica que Judith mantiene un alto grado de influencia en la 4T.
Eso es lo de más… el resto es lo de menos.