ALGO QUE DEBEMOS SEÑALAR con claridad es que quien mató al alcalde de Chilpancingo no fue un grupo criminal al que le estorbara.
Ese crimen fue pedido… fue pagado por alguien con la capacidad de ello.
Por ello la cabeza sobre el capacete, como una bandeja.
Alguien pidió esa cabeza y el ejecutor la entregó en bandeja de plata… así que las versiones de que se juntó con un grupo criminal son propaladas para ocultar a quien pagó o quien ordenó ese crimen.
Usted merece saberlo, y sobre todo, la memoria del alcalde porque versiones como la que propala el gobierno federal echan lodo a la reputación del alcalde asesinado, y no se vale porque no puede defenderse.
LOS CHAMACOS QUE ASALTARON a los pasajeros del ruta 116 son unos mozalbetes estúpidos que respondían a una apuesta o algún reto de redes sociales.
Ni siquiera actúan, ni se expresan como criminales, fueron demasiado «buenas gentes»…
En su peor escenario van a pasar 20 años tras las rejas.