Va entrando el señor aquel al baño en el aeropuerto y de repente se detiene en seco, porque un maistrillo medio chapaneco, está parado a unos tres metros del mingitorio, se saca un pizarrín ansinita de chiquillo y ¡bofos!, le apunta al receptor de orina… ¡y le atina sin problema con un chorro vigoroso!
-¡Aijuesopota!… ¡qué tremenda puntería y qué potencia!, me deja usted pasmado con esa puntería y esa fuerza.
-¡Jeje!… ha de perdonar que lo haga así, pensé que estaba solo el baño.
-¡No!… no se apure… bueno, si yo tuviera esa potencia también la presumiría.
-¡No… no!… si no es porque sea yo presumido, es por precavido… porque si me acerco a distancia normal… ¡Salgo disparao patrás y me estampo en la pared!
—
Ahora que están jugando la final los Sultanes, llevó el señor aquel a su esposa por primera vez a un juego de beisbol, y ella que no entendía nada, preguntaba todo.
En eso a un bateador le pitchean, no batea y se va caminando a la primera base.
-¿Y ese por qué se va a la base, viejo?… ¡si no le bateó!
-A es que le dieron la base… por bolas malas.
-¿Bolas malas?, ¡Ay pobrecito!… y mira que no se le nota, porque como quiera le echa ganas.