La oferta de Paz de Claudia Sheinbaum a Donald Trump es: Yo me encargo de los cárteles y del crimen organizado; que no te molesten… pero déjame que yo haga lo que quiera con el manejo político de México.
No tardará en entregarle, cuando asuma la Presidencia, la cabeza de uno de los grandes cabecillas… ella quisiera que fuera uno de los Chapitos, pero quizá no le quede más remedio que entregar al mítico Mencho.
Trump, fiel exponente de aquello que dice «Perro que ladra no muerde», dejará de ladrar en contra de México, es la lógica del gobierno de Sheinbaum, si le lanza un trozo de filete de narco.
A cambio, ella se convertirá en una parte de la nueva dictadura en México… del Sacro Imperio Chairo.
¿Y qué va a pasar con los chinos?
Nada, si es que como ya lo hizo BYD, en vez de instalar su planta de camiones pesados, los instala en California, o en Texas.
¿Y qué va a pasar con los inmigrantes?
Nada, si la doctora experta en cocinas de leña pone un gran tapón en la frontera sur para impedir las Caravanas.
Parece interesante la oferta, excepto por una cosa:
Para entregar a los cárteles en manos de Trump, habrá que traicionar a los que fueron socios en la operación política…
Habrá que golpear a los que solo recibieron abrazos a cambio de una lucrativa sociedad.
Excelente estrategia… pero hay un problema:
Los cárteles no están de acuerdo… los cárteles ya descubrieron el truco, y ahora quieren calentar el país.
Y lo calientan con matazones sin sentido… con crímenes de alto impacto… y pronto lo harán en contra de ciudadanos norteamericanos.
Quieren que vengan los gringos, para que la Presidente no logre su objetivo.
Los mexicanos pues, rehenes de la estrategia de la dictadura y de las baladronadas de Trump.
¡Qué feo escenario!