Ahora viene la operación quirúrgica en los estados…
No hay poder para uno solo, porque en donde MORENA no tiene la mayoría, busca convertirse en la bisagra, el aliado al que deben buscar todos.
Simplemente los presupuestos no pasan si las bancadas de MORENA no apoyan a los grupos en pugna.
Si hay que castigar, si hay que nombrar magistrados o fiscales, debe ser con la anuencia de MORENA… si se deben aprobar cuentas públicas, será con el partido del gobierno como aliado.
Se controla el gobierno a nivel federal, con la sobre representación en las cámaras, y se controla inclusive en los estados en los que no se tiene el gobierno.
En Querétaro, por ejemplo, MORENA tiene mayoría, aunque no la mayor cantidad de votos, ganó 10 distritos con varios de ellos aventajando por apenas 90 votos a sus contendientes panistas.
Fue quirúrgico… en la mesa arrebataron dos de mayoría.
Guanajuato, otro estado adverso a MORENA, tiene al PAN con 21 diputados, y le faltan tres para la mayoría calificada… el PRI tiene 4… con eso lograrían el objetivo, excepto que el partido de López Obrador trae del cogote a dos priístas para llevárselos, y con ello, otra vez, obligar a negociar con ellos.
En Yucatán otra vez la sobre representación para darle a MORENA la mayoría calificada, que no obtendría porque le regalan tres para obtener las 24 necesarias.
El Instituto Electoral de Yucatàn hizo la misma trampa que en la ciudad de México.
Por todo el país, los magistrados electorales se agachan y dejan que MORENA tome los controles.
Así pasa en Nuevo León, en donde le tumban dos al PRI para romper el empate de 21-21 y le dan a MORENA la llave que abre la puerta de las alianzas para ganar.
Sin MORENA ninguno de los grupos en pugna logra mayoría simple… mucho menos la calificada.
Y sí, son los tribunales quienes dibujan esa nueva realidad.
Todos agachados, todos agachones.
Permitieron el fraude en la presidencial y pensaron que con eso ganaban el derecho de mantener los controles en sus estados.
¡Ternuritas!, diría el vejete socarrón.