Blanco de ausencia, de frío… blanco el manto de las soledades.
Blanca tu mano que solía prodigar caricias tenues..
Blanco el lienzo que cubrió tu cama, en donde tu cuerpo se extendía victorioso.
Te he amado y te he llamado…
En el blanco papel donde escribo con la mente y la tinta reniega su destino.
No aquí…
No escribiré aunque lo intente… no forjaré las letras que claman y reclaman
En la ausencia estival busco tu abrigo, blanco de tan blanco.
Me acurruco en busca de tu sombra, que existiría para mi si la sombra fuese blanca.
Te pronuncio y no te anuncio… nunca llegas.