«No se debe normalizar la violencia»: Waldo
El 15 de septiembre, una fecha que debería ser símbolo de unidad y celebración, se ha convertido en un amargo recordatorio de la situación de violencia que vive nuestro estado.
La cancelación de los festejos del Grito de Independencia en seis municipios de Nuevo León refleja la magnitud de una crisis que ha superado todos los límites.
Lo que debiera ser una noche de fiesta hoy es una señal clara de que la violencia criminal está fuera de control.
La violencia no distingue partidos políticos.
Es la primera vez en la historia de nuestro Estado que los ayuntamientos se ven obligados a tomar esta drástica decisión, una situación que no se dio ni siquiera en 2010, cuando Nuevo León vivía momentos igualmente críticos en la lucha contra el narcotráfico.
Esta realidad evidencia que la seguridad en Nuevo León ha alcanzado otro nivel de gravedad.
Ya no solo se trata de la vida cotidiana de las personas y su derecho a vivir en paz, sino que ahora incluso los símbolos más importantes de nuestra identidad nacional están bajo amenaza.
No podemos normalizar que el crimen organizado imponga su ley hasta el punto de hacernos renunciar a nuestras tradiciones.
Una vez más desde aquí lo digo: urge que todos y todas los servidores públicos de este estado trabajen en conjunto para devolverle a Nuevo León la tranquilidad que tanto necesita y merece.