OCURRE UN FENÓMENO INTERESANTE EN nuestra región: Los Chupitos dejaron de ser esa pandilla de muchachos enloquecidos que se rebajaban a luchar contra grupos criminales de menor peso.
La caída del Chapo Guzmán provocó que el grupo se fragmentara y no tuviese una cabeza inteligente que dirigiese los movimientos.
Se perdieron en temas político electorales, hasta que el Mayo Zambada pactó su entrega y con ello dejar un sucesor fuerte para que se haga cargo de la organización criminal más grande del mundo.
Por eso no hay violencia ni se desató la guerra entre las diversas facciones, porque ya existe un nuevo jefe que los aglutina y que le volvió a dar sentido al cártel, específicamente en cuanto al trasiego de droga hacia los Estados Unidos… pero droga «permitida», nada de fentanilo.
Iván Archibaldo dirige ahora la organización como su padre lo soñaba; Una gran multinacional.
ESO PROVOCA QUE EN NUEVO LEÓN su presencia ahora se enfoca hacia ganar los espacios por donde pasa la droga, en lo cual no tienen mucho problema.
Pero gran parte de su tarea operativa se enfoca poco a poco en combatir a sus rivales, los que «calientan» la zona con la producción y embarques de fentanilo hacia los Estados Unidos.
Les favorece que los jaliscos han recibido varios golpes y además, su jefe máximo está en la mira y en posibilidades de caer o de ser abatido en menos de un mes.
Por ello es que nuestra región, especialmente Nuevo León y Tamaulipas, ve una creciente en el tema de ejecuciones, porque las pandillas están en pleito intenso por el control de lugares de venta al narcomenudeo.
Sin controles desde lo alto de la cúpula criminal, por ahora, y con menos policías y pocas unidades, la autoridad simplemente no puede.
