CUANDO LÓPEZ OBRADOR mandó a su Guardia Nacional a capturar a los hijos del Chapo, escribimos en este mismo espacio que se trataba de un esfuerzo para limpiar el camino a los jaliscos.
Pero la maniobra no resultó por muchas razones, entre ellas una: La DEA, los gringos los necesitaban libres porque Sinaloa era el cártel que mantenía cierto orden para evitar que su mercado se inundara de drogas no consentidas.
La manera en que los Chapos tomaron a López como un empleado al que exhibían deliberadamente, cuando saludaba a la abuela, o cuando el abogado lo abrazaba o cuando lo hacían viajar a Badiraguato una y otra vez, era revelador sobre quién mandaba en esta relación.
SIN EMBARGO, los jóvenes que tomaron el relevo del Chapo no quisieron reconocer el liderazgo moral del Mayo Zambada y pretendieron tomar su herencia criminal y hacer lo que quisieran.
Se metieron al negocio prohibido del fentanilo, del que el Mayo nunca participó… se asociaron políticamente con MORENA y se metieron en guerra con los jaliscos por el control de la frontera sur, a causa de los beneficios del tren Maya.
Después de todo, Ovidio nunca fue el hijo a quien El Chapo consideraba el idóneo para mantener el control de la empresa criminal… en lo cual coincidió siempre el Mayo.
Pero para entonces, el joven Guzmán tenía un pequeño imperio que competía con su padrino porque él sí gozaba de protección oficial… hasta que fue capturado y deportado, por un Poder Judicial que no atendió instrucciones de Palacio.
Por eso uno de los muchos «yo no fuí», de López.
Por eso quiso compensar con su declaración de que haría lo posible por sacar al Chapo de su prisión en los Estados Unidos y traerlo a México a cumplir su condena: Declaración de Lealtad…