No perdimos seis años… perdimos 36.
De repente estamos otra vez en 1988… el gobierno cuenta los votos, el gobierno decide quien gana, infla los números a favor de su candidata.
Es 1988.
Una presidente que primero define cambiar las reglas gramaticales, y todos obedecen.
En todos los diarios, en todos los noticieros, en todas las redes… no será La Presidente, será la Presidenta porque ella lo decidió y todos obedecen.
Y luego braman, luego protestan por el autoritarismo.