Las tribus bárbaras atacaron a Roma y la conquistaron, no porque fueran muchas, dicen los historiadores.
La vencieron porque Roma cayó en excesos.
La vencieron porque Roma olvidó sus deberes y se dedicó a la fiesta.
Fueron particularmente abusivos con sus gobernados, y se enriquecieron a su costa.
Cuando vino la invasión, no hubo romano dispuesto a defender su imperio…
Otra historia…
Los españoles conquistaron a la Gran Tenochtitlán no porque tuvieran mejores armas ni fueran mejores estrategas para la lucha.
Vencieron porque los aztecas se comían a las damas tribus a las que expoliaban inmisericordes.
Vencieron porque los aztecas tenían hartos a todos los demás y no batallaron mucho para traicionar a quienes les explotaban.
Otra historia…
MORENA no ganó la Presidencia porque tuviera la mejor propuesta, o porque su líder fuera el hombre más limpio ni sus colaboradores vinieran de una colectividad de damas de la caridad.
Ese partido ganó la Presidencia de la República porque el PRI y el PAN fueron particularmente corruptos… que exhibieron el producto de esa corrupción… se empeñaron en no castigar a los bandidos y aunque sus resultados en generales fueron positivos, sus corruptos fueron más escandalosos.
Por eso quienes fueron fieles mucho tiempo atrás, no dudaron en ir con la nueva opción, que no era la mejor, pero allí estaba.
A nadie le fue mejor con los bárbaros que con los romanos.
A nadie le fue mejor con los españoles que con los aztecas.
A nadie le fue mejor con MORENA que con el PRI o el PAN…
Pero todos, los romanos, los tlaxcaltecas, los mixtecas, los zapotecas, los otomíes… los mexicanos, todos estaban hartos, ofendidos por el PRI y por el PAN.
Fue muy poco el número que vio la desgracia que se venía por cambiar de bando.
Ellos nada pudieron.
La desgracia era inevitable…
Ahora mismo parece inevitable, porque los morenos, como las tribus bárbaras, lo destruyen todo sea bueno o sea malo… porque los morenos como los españoles, persiguen y exterminan, esclavizan… sí, esclavizan a los pobres y los obligan a tomar sus estandartes, a creer aunque no crean.
Roma no se extinguió… pero nunca volvió a ser la clase de reino que logró en su esplendor.
La Gran Tenochtitlán no se extinguió… pero nunca volvió a ser lo mismo, el esplendor azteca se perdió para siempre y el orgullo español peleó contra su mitad indígena.
México no se va a extinguir… Y espero en mi corazón que las instituciones sean más fuertes de lo que eran en tiempos de la Roma Antigua y de la Gran Tenochtitlán.
Que la Suprema Corte haga lo que debe y lo que el momento histórico requiere.
Y que los mexicanos estemos dispuestos a forjar las mareas rosas que se requieran… las que hagan falta, para defender a México.